Por lo general, los soñadores vivimos de encontrón en encontrón. No la tenemos fácil... ni hablar!
Pero sentimos más que nadie; así que cuando las cosas van bien, nos sentimos sobre las nubes.
Y claro, cuando las cosas salen mal, "bajo tierra" se queda corto.
Para un soñador, sin embargo, lo peor no es sentirse mal. Lo peor para nosotros... es la incertidumbre.
Eso sí es lo peor... porque la incertidumbre quita el sueño. Y sin sueños, un soñador... no vive.